sábado, 15 de octubre de 2011

La mujer justa, Sándor Márai

La eterna ilusión y búsqueda del príncipe azul – o la princesa encantada – tratados con la elegancia y sobriedad con las que nos tiene acostumbrados Márai.


Algunos hombres y mujeres ante la eventualidad de unir sus vidas a otra persona y emparejarse para compartir el futuro, sienten el vértigo de la duda respecto a su elección: ¿será esta la mujer correcta, será este el hombre adecuado? Probablemente esto no les ocurre a quienes son más emocionales pues les basta que sus sentimientos sean fuertes para saber que la persona a la cual están dirigidos es justo el amante con quien quieren pasar el resto sus vidas. Es la situación ideal, el reino de la pasión, donde no hay espacio para la razón y las dudas insidiosas que estropean las relaciones amorosas.

En esta novela Márai desarrolla una historia en la que, fiel a su estilo, plantea un drama de índole sicológico en torno al amor. Construye para ello un vértice amoroso en cuya punta se ubica Peter, burgués acomodado y melindroso, atrapado en la trampa del querer ser y del deber ser. En los otros dos extremos están las dos amantes relevantes en la vida de Peter, una representando el querer ser y la otra el deber ser. Una es la mujer que ha despertado su pasión; la otra la mujer que le corresponde por cuna y posición social.

¿Cuál es la mujer correcta para él? ¿Es una de estas dos? ¿Existe tal cosa como la mujer justa para el hombre justo, la media naranja, el calce perfecto? ¿O habrá en cambio muchas opciones correctas para una misma persona? La elección se complica cuando el amor y la conveniencia no coinciden en la misma persona, como es el caso aquí.